Silvia Núñez Esquer
Hermosillo, Sonora | 5 de mayo del 2024
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Antimonumento ABC, Foto: Patricia Duarte
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A partir de este 5 de mayo, Hermosillo cuenta con un antimonumento dedicado a la memoria viva de las 49 víctimas menores de
cuatro años de edad, del crimen de Estado ocurrido en esta ciudad en la
Guardería ABC.
Exactamente a un mes de que se cumplan quince años del
incendio en la Guardería ABC que marcó a Hermosillo por la muerte hasta ahora
impune de 49 niñas y niños dentro del lugar en donde eran cuidados, la memoria
recobra fuerza con un símbolo monumental de un hecho que no ha sido archivado
como recuerdo, sino que refleja su vigencia al no haber justicia para las
víctimas.
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Foto: Patricia Duarte
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Instalado en la Plaza Emiliana de Zubeldía en Hermosillo, Sonora, el antimonumento ABC es la primera
réplica en el país, ya que el 5 de junio de 2017 se instaló el primero frente a
las instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social ubicado en Avenida
Reforma en la Ciudad de México.
Símbolo de
resistencia y lucha
Patricia Duarte Franco y Francisco García Quintana, madre y padre de Andrés Alonso García
Duarte, niño fallecido en el incendio de la Guardería ABC, son algunos de los
promotores de la instalación del antimonumento ABC en Hermosillo, Sonora.
Para Patricia Duarte Franco, fue la indiferencia hacia la justicia lo que condujo a la búsqueda de acciones que recuerden
y mantengan viva la demanda de justicia ABC.
Comentó que hasta no ver concretado el sitio de memoria en
lo que fue la estancia infantil, mismo que deberá abarcar toda la manzana,
madres y padres seguirán buscando estrategias para visibilizar sus demandas de
justicia y sobre todo, la garantía de no repetición.
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Foto: Patricia Duarte
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“Cada día ha dolido y pesa” afirma, pero quince años
significa que su hijo tendría diez y ocho años de edad. Las niñas y niños que
fallecieron, y algunos sobrevivientes tendrían y tienen ya diez y nueve años.
Son 49 jóvenes a quienes les truncaron la vida y a quince
años no se ha resuelto, pero tampoco el Estado mexicano permite que dé un paso
más el caso en el Sistema interamericano de Derechos Humanos, en donde tienen
admitida una queja por la dilación en la justicia mexicana.
Es por ello que considera muy necesario un antimonumento como
un mensaje de resistencia y de lucha constante por sus niñas y niños, y se
instala en la ciudad conde pasó el crimen de lesa humanidad, el crimen de
Estado del 5 de junio de 2009, en la Plaza Emiliana de Zubeldía, la cual
considera un referente de luchas sociales, para que la gente no olvide lo que
pasó.
Que la memoria siga permeando a las generaciones que vienen,
y que siga refrescando la memoria a quienes les tocó vivir tremenda tragedia.
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Foto: Patricia Duarte
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Por su parte, Francisco García Quintana, describe al
Antimonumento como un recordatorio. No sólo para la ciudadanía en general, sino
para especialistas, para comunicadores, que cada año por momentos erran en la
fecha, el número de niñas y niños fallecidos, incluso en el lugar en que
sucedió, o en la cantidad de años que han pasado desde aquel fatídico 5 de
junio de 2009.
“Es un recordatorio al número y a las personitas que fueron”,
precisa.
El proceso de
fabricación
Patricia Duarte explicó que el proceso de fabricación del antimonumento es un tanto complicado ya que no se realiza en la localidad,
además de que pesa cerca de ochocientos cincuenta kilos.
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Foto antimonumento en construcción proporcionada por Movimiento 5 de junio
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Celebró que a raíz de los agravios que han recibido
derivados del cambio arbitrario por parte del IMSS de los lineamientos para su
atención médica como víctimas de la tragedia ABC, madres y padres ahora se han
acercado para trabajar juntos para la instalación del antimonumento en
Hermosillo.
Explicó que la pieza se fabricó en un taller de Guadalajara,
Jalisco, y las dimensiones del son de cuatro metros de alto por dos metros de ancho.
Se requirió un transporte especial, así como algunas máquinas tipo montacargas
para subirlo y para bajarlo en la plaza donde fue instalado.
Agregó que fueron muchas familias las que cooperaron y
participaron en las decisiones del lugar y fecha para instalarlo, algunas de
ellas con la experiencia previa de la instalación del antimonumento en la
Ciudad de México.
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Foto: Silvia Núñez Esquer
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Por sus dimensiones y peso el manejo para su traslado fue
complejo ya que la primera propuesta era que llegara a Hermosillo tres días
antes de su instalación, lo que fue modificado para que arribara el mismo día
de su instalación directamente al lugar en donde quedará a la vista de toda la
ciudadanía.
Sobre las 49 crucecitas que lucían en una estructura
metálica a manera de memorial que duró por varios años y que fue retirado el
pasado 27 de abril del lugar en donde ahora permanecerá el antimonumento,
Francisco García expuso que no serán descartadas, sino que será reestructurado
y una vez que quede listo, será reubicado en la misma plaza.
En cuanto al impacto, Patricia espera que la ciudadanía tome
con mucho respeto esta nueva expresión de demanda de justicia, ya que es su
derecho manifestarse a quince años de que no han recibido justicia.
El antimonumento es una evolución física, pasar de las
cruces al antimonumento. En relación a las crucecitas retiradas hace unos días,
expresó que son ya un símbolo de la ciudad y le gustaría que quedaran en el
sitio de memoria que buscan se construya en la manzana donde funcionaba la
Guardería ABC pues son de los primeros símbolos por justicia para sus hijas e
hijos.
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Foto: Silvia Núñez Esquer
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Con respecto al Gobierno espera que lo tomen en forma madura
y respetuosa, y que si tienen acercamiento con ellos no es por gusto, sino por
necesidad para sacar adelante las demandas de justicia y no repetición. “Que no
lo tomen personal”, espera.
“Que la ciudadanía lo haga suyo si está con nosotros, ya que
nuestra lucha no sólo es por nuestros hijos, sino por todas las niñas y niños
de la primera infancia”. Para eso necesitamos tener la memoria fresca, es el
objetivo del antimonumento.
Los antimonumentos en
México
El documento “Antimonumentos, Memoria, Verdad y Justicia”,
editado por Heinrich Böll Stiftung, Ciudad de México, México y El Caribe, en
2020 da cuenta del proceso por el cual se han construido e instalado varios
antimonumentos, algunos de ellos a lo largo de Avenida Reforma, en la Ciudad de
México.
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Foto: Alfredo Domínguez, La Jornada
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Guardando el anonimato del artista que los creó, se narra
cada una de las luchas y cómo fue plasmada la exigencia de justicia por ellas.
Más aún, se describe cómo un antimonumento es contestatario
a la imagen de la memoria del pasado, como un recordatorio de que esas luchas
siguen porque no han concluído, por negligencia, por obstrucción a la justicia,
por falta de interés, o por una posición clasista al ser las víctimas:
trabajadores, trabajadoras, hijos de campesinos, o como en este caso, niñas y
niños de padres y madres afiliadas al IMSS.
En el texto, podemos entender cómo los antimonumentos se
erigen “como acontecimientos visuales que fijan un suceso histórico particular,
toda vez que simbolizan un hecho que rompe la continuidad histórica”.
Son un recordatorio sí, pero su función es marcr un antes y
un después. No sólo para los directamente afectados, sino para el país entero.
“Las causas a las que hacen referencia no pretenden formar parte del pasado
para su recuerdo o conmemoración, sino que se trata de acontecimientos que no
dejan de suceder; por lo menos no hasta que exista verdad y justicia para cada
uno de los agravios”, dice.
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Instación antimonumento ABC en CDMX, Foto: José Antonio López, La Jornada
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Por ello el antimonumento sobre ABC es ad hoc ya que,
a quince años está lejos de cerrar el proceso de justicia, al encontrarse en
instancias internacionales para ser finalmente analizado y en su caso dar lugar
a una sentencia contra el Estado Mexicano, en la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
Los antimonumentos son un poderoso símbolo de reclamo, según
explica el documento mencionado. “El simbolismo representado por estas formas
monumentales apela a mantener encendida la alerta memoriosa y el reclamo
social. Quienes han denunciado estas tragedias asumen que la ignorancia y la
indiferencia frente a lo ocurrido, no son una opción”.
Pero también los antimonumentos pretenden interpelar a quien
los observe, que no se vea sólo como objeto inanimado, sino que convoque a la
interacción. “Su propósito es lograr interactuar con quien los mira.
“Se establece y espera una reacción, una afectación sensible
de conocimiento frente a la problemática o, al menos de cuestionamiento frente
al discurso hegemónico”, explica.
Los antimonumentos instalados por Avenida Reforma se
refieren a los 43 estudiantes desaparecidos forzadamente en Iguala Guerrero,
(+43), los 65 mineros atrapados en la mina de Pasta de Conchos, nunca
rescatados (+65). Posteriormente se erigió el antimonumento por David Ramírez y
Miguel Angel Rivera, jóvenes víctimas de secuestro en Guerrero (Rescatemos a
David y Miguel), y el de las 49 niñas y niños fallecidos en el incendio de la
Guardería ABC, frente al edificio del IMSS (49 ABC, nunca más).
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Foto: Patricia Duarte
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Además, se instaló el antimonumento sobre los
acontecimientos represivos contra estudiantes en 1968 frente al Zócalo de la
Ciudad de México (1968, 2 de octubre no es olvida), y la antimonumenta, para
reclamo por los feminicidios en México, frente al Palacio de Bellas Artes por
Calle Juárez (Ni una más, ni una más, ni una asesinada más).
Otro antimonumento más, es el del News Divine, mismo que fue
desinstalado sin que se sepa quién lo quitó, fue temporal en memoria de 12
jóvenes que murieron en un operativo policíaco en el centro nocturno de ese
nombre (12).
En Guatemala se erigió uno más para recordar a 56 niñas que
murieron en un incendio en el Albergue Hogar Seguro.
En Argentina otro antimonumento es el dedicado a las
personas desaparecidas, retomando el de los 43 estudiantes de México. Fue en
memoria del chef argentino Federico Tobares, desaparecido en México (43+1 Los
desaparecidos nos faltan a todos).